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En el trabajo todos tenemos una actividad o tarea que no nos gusta mucho hacer, y que dejamos hasta el final. Incluso, antes de realizarla, es probable que te distraigas consultando tus redes sociales, mandando un mensaje por WhatsApp a ese amigo con quien no hablas desde hace meses, o tal vez te prepares un café, una quesadilla y, de paso, veas un capítulo de tu serie favorita. Al final, te das cuenta de que sigues sin realizar esa tarea.
Procrastinar es el “arte” de postergar una obligación, un deber o una tarea y dedicar ese tiempo a otra cosa. Si bien puede parecer algo normal, o una forma de despejar tu mente, lo cierto es que la procrastinación afecta tu productividad y, a largo plazo, puede poner en riesgo tu trabajo.
Por si lo anterior fuera poco, en un inicio, cuando procrastinamos nos sentimos muy bien porque “olvidamos” esa actividad que estamos posponiendo. Sin embargo, al retomarla nos damos cuenta de que tendremos que trabajar hasta tarde o contra reloj porque el tiempo límite para entregarla se acerca. Así que los sentimientos de culpa, frustración e incapacidad son una especie de resaca emocional.
Cierto es que todos necesitamos un descanso, unos minutos para contestar mensajes, o para despejar la mente. Así que, en vez de postergar el inicio de la tarea, prométete un refuerzo positivo al terminarla: una taza de café, una caminata, una llamada telefónica o consultar tus redes sociales por unos minutos.
Muchas veces pensamos que se necesita inspiración antes de comenzar a trabajar, sin embargo los bloqueos mentales pueden durar más allá del tiempo permitido para el descanso, y aun así no encontrar esa motivación para comenzar. Pablo Picasso decía: “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando” lo que implica comenzar a trabajar para que se rompa el hielo ya que el problema no es finalizar la tarea, sino comenzarla.
Ponte metas para cada día, agendando las tareas que cumplirás y, si te es posible, establece el tiempo que dedicarás a cada tarea. Asimismo, puedes planear lo que harás en tu tiempo de descanso, de ese modo tendrás una motivación adicional para no postergar el trabajo.
Si la tarea que estás postergando es muy larga y compleja, divídela en etapas para que logres avances, tengas descansos programados y mantengas un ritmo de trabajo hasta terminar.
Procrastinar no es un defecto, es un hábito que se puede cambiar. Si te has percatado de que tus colaboradores suelen evadir tareas, ayúdalos con un programa de desarrollo de competencias profesionales en el que se incluya la óptima gestión del tiempo. En Ludicorp contamos con el taller de manejo de estrés laboral y dinámicas de integración laboral que necesitas para dar la importancia necesaria a cada tarea, mejorar la productividad, la cultura organizacional y tener un balance entre la vida personal y el trabajo que deje más satisfechos y felices a tus colaboradores.
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Gerente de Formación y Contenido en Ludicorp, especialista en captar necesidades y transformarlas en experiencias de aprendizaje